LA EXCLUSIÓN Y EL CASTIGO. Por: Andrés Reyes, Prisionero Político en la Penitenciaria de Acacias - Meta
Indiscutiblemente las desigualdades están enmarcadas en todos los ámbitos del país, por ende, la cárcel no escapa a esta realidad, la cual el pueblo colombiano esta obligado a asumir.
Como presos políticos es indignante percibir y vivir la exclusión que el régimen nos impone, pues mientras que los para-políticos y paramilitares de alto nivel gozan de privilegios, -como los que ya públicamente se han expuesto- nosotros somos tratados con la mayor severidad que la laye sustenta.
Queda claro, que la fabulosa fiesta organizada en la picota últimamente sirvió para que se les premiara enviando alguno de esos desvergonzados para sus regiones. Cuando existe personal que no tiene recursos, ni las influencias que apadrinan tanta injustica, para conseguir un traslado que le permita cumplir con su pena al lado de sus familias, tal como propone la ley 65 cuando habla de las familia como parte fundamental para el proceso de “resocialización” y “readaptación” a la sociedad.
Con esto queda demostrado que definitivamente la burguesía muestra su identidad de clase, sea presión a miedo a que alguno de ellos hable mas de la cuenta o sencillamente que por el hecho de pertenecer a un circulo social especifico se limiten a taparse con la misma cobija.
Por otro lado, en el Penal de Acacias (Meta), la represión es pan de cada día, estamos e total vigilancia las 24 horas del día, la estructura de la cárcel en si es el modelo ”panóptico” del cual habla “Michael Foucault” en su libro vigilar y castigar nacimiento de la prisión”, el acceso a servicios médicos es lamentable, la recreación en el caso del ala “C” de este penal depende única y exclusivamente del genio que tenga personal del INPEC, debido a que el diseño no lo permite, total la política del miedo ronda en todo el lugar, el castigo psicológico aplicado en su máxima expresión; sin embargo, el ímpetu de lucha se fortalece cada instantes, pues de esta manera tan hostil se forja cada vez mas la convicción de alcanzar la meta, un país con justicia social y equidad para todos y todas.
El cambio que necesita este país es urgente, la búsqueda y llegada al socialismo es la salida para que los verdaderos peligros de loa sociedad reciban su merecido y no terminen premiados por los crímenes atroces que han patrocinado y ejecutado, burlándose a sus anchas del dolor de miles de colombiano que han tenido que ser desterrados dentro de su mismo país y que aparte de todo han visto caer a sus seres queridos en falsos positivos, mientas sobrevivían en las tierras que con tanto esfuerzo, lucha y sacrificio llegaron a poseer.
¿Qué sentido tiene mantener esos criminales entre rejas si la aplicación de la ley 65 no tiene mayor incidencia sobre ellos? ¿Cómo es posible –por ejemplo- que en una cárcel como la picota reciban visita entre semana y aquí en Acacias tengamos que ver a nuestras familias cada 15 días y tener nuestra visita conyugal cada vez? Se supone que las leyes en Colombia son de orden nacional y que estas deben ser aplicadas de la misma manera.
Cambiemos esto, basta de tanta injusticia, unámonos que entre todos podemos, atendamos el llamado que hace el gran poeta latinoamericano Pablo Neruda en uno de sus poemas “el monte y el rio”:
“Tú pueblo,
tú pueblo desdichado,
entre el monte y el rio,
no quiere luchar solo,
te esta esperando, amigo”.
Esta es la salida fundamental para romper con tantas desigualdades, represión y entrega desinteresada a los proyectos pro-imperialista, donde finalmente los sectores populares dejen de ser los que paguen los platos rotos pues como dicen “la ley es pa’ los de ruana” .
Andrés Reyes
Prisionero Político
Acacias Meta
Marzo de 2011
Como presos políticos es indignante percibir y vivir la exclusión que el régimen nos impone, pues mientras que los para-políticos y paramilitares de alto nivel gozan de privilegios, -como los que ya públicamente se han expuesto- nosotros somos tratados con la mayor severidad que la laye sustenta.
Queda claro, que la fabulosa fiesta organizada en la picota últimamente sirvió para que se les premiara enviando alguno de esos desvergonzados para sus regiones. Cuando existe personal que no tiene recursos, ni las influencias que apadrinan tanta injustica, para conseguir un traslado que le permita cumplir con su pena al lado de sus familias, tal como propone la ley 65 cuando habla de las familia como parte fundamental para el proceso de “resocialización” y “readaptación” a la sociedad.
Con esto queda demostrado que definitivamente la burguesía muestra su identidad de clase, sea presión a miedo a que alguno de ellos hable mas de la cuenta o sencillamente que por el hecho de pertenecer a un circulo social especifico se limiten a taparse con la misma cobija.
Por otro lado, en el Penal de Acacias (Meta), la represión es pan de cada día, estamos e total vigilancia las 24 horas del día, la estructura de la cárcel en si es el modelo ”panóptico” del cual habla “Michael Foucault” en su libro vigilar y castigar nacimiento de la prisión”, el acceso a servicios médicos es lamentable, la recreación en el caso del ala “C” de este penal depende única y exclusivamente del genio que tenga personal del INPEC, debido a que el diseño no lo permite, total la política del miedo ronda en todo el lugar, el castigo psicológico aplicado en su máxima expresión; sin embargo, el ímpetu de lucha se fortalece cada instantes, pues de esta manera tan hostil se forja cada vez mas la convicción de alcanzar la meta, un país con justicia social y equidad para todos y todas.
El cambio que necesita este país es urgente, la búsqueda y llegada al socialismo es la salida para que los verdaderos peligros de loa sociedad reciban su merecido y no terminen premiados por los crímenes atroces que han patrocinado y ejecutado, burlándose a sus anchas del dolor de miles de colombiano que han tenido que ser desterrados dentro de su mismo país y que aparte de todo han visto caer a sus seres queridos en falsos positivos, mientas sobrevivían en las tierras que con tanto esfuerzo, lucha y sacrificio llegaron a poseer.
¿Qué sentido tiene mantener esos criminales entre rejas si la aplicación de la ley 65 no tiene mayor incidencia sobre ellos? ¿Cómo es posible –por ejemplo- que en una cárcel como la picota reciban visita entre semana y aquí en Acacias tengamos que ver a nuestras familias cada 15 días y tener nuestra visita conyugal cada vez? Se supone que las leyes en Colombia son de orden nacional y que estas deben ser aplicadas de la misma manera.
Cambiemos esto, basta de tanta injusticia, unámonos que entre todos podemos, atendamos el llamado que hace el gran poeta latinoamericano Pablo Neruda en uno de sus poemas “el monte y el rio”:
“Tú pueblo,
tú pueblo desdichado,
entre el monte y el rio,
no quiere luchar solo,
te esta esperando, amigo”.
Esta es la salida fundamental para romper con tantas desigualdades, represión y entrega desinteresada a los proyectos pro-imperialista, donde finalmente los sectores populares dejen de ser los que paguen los platos rotos pues como dicen “la ley es pa’ los de ruana” .
Andrés Reyes
Prisionero Político
Acacias Meta
Marzo de 2011
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